lunes, 7 de diciembre de 2009

En torno a la desadaptación

Para adentrarnos en el concepto de desadaptación hemos trabajado con dos lecturas. Ambas han puesto de manifiesto la gran complejidad que hay alrededor de la desadaptación, pues existen varios conceptos que suelen confundirse entre sí y también múltiples enfoques que, bajo mi punto de vista, deben complementarse entre sí.
Nos encontramos con los términos de desadaptación, inadaptación y marginación, que según lo que he entendido se diferencian entre sí según la causa a la que atribuyen la dificultad en la adaptación de un individuo a su medio. Así, desde la inadaptación, la causa es el propio individuo; desde la marginación es el ambiente, y desde la desadaptación se ve como una dificultad recíproca.
En mi opinión no creo que la causa de una desadaptación sea solamente del individuo, pues es un proceso en el que entran en juego múltiples factores, no solo una persona determinada. Tanto es así, que a lo largo de las dos lecturas, y también a lo largo de toda nuestra carrera, se nos ha transmitido la gran importancia del contexto en el que vive una persona, pues lo que haya vivido a lo largo de su vida, los valores que ha recibido, la cultura de la que forma parte, etc, condicionan el modo de pensar, de actuar y de sentir de todos los seres humanos. Eso sí, condiciona, pero no determina; no creo que exista determinismo de ningún tipo, prueba de ello es la diversidad presente en todas las culturas.
El contexto y las circunstancias y condiciones, influyen en los individuos, pero al mismo tiempo, creo que estos no son robots; no actúan de forma mecánica porque no todas las personas de una misma cultura reaccionan igual ante una misma situación o un mismo acontecimiento. Cada una de ellas tiene una reacción propia y una intención determinada. Por este motivo pienso que a la hora de intervenir hay que tener en cuenta a cada persona de forma particular, y actuar de modo individualizado teniendo presente sus experiencias pasadas, sus circunstancias presentes y sus deseos y pensamientos.
Por tanto, atendiendo a todo lo anterior, considero que la desadaptación se debe a dificultades recíprocas, estando su causa en el individuo, en el entorno, y en la relación entre ambos.
Otra forma de distinguir inadaptación y desadaptación es entendiendo la primera como permanente y la segunda como transitoria. Personalmente, creo que es importante considerar la desadaptación no solo como una situación, sino como un proceso, porque considero que todas las personas están siempre evolucionando y que una situación determinada puede dejar de darse si cambian las circunstancias. Por esto, si atendemos a la última distinción entre desadaptación e inadaptación, opto por utilizar el primer término. En relación con esto, solemos atribuir a la desadaptación factores negativos, pero pienso que vendría bien un cambio que la viera como una forma de evolucionar y mejorar, tanto para intervenir, como en lo referente a la actitud de la sociedad en torno a colectivos desadaptados.
Existe otro concepto relacionado con la desadaptación, el de exclusión, que se produce cuando un determinado individuo o grupo no tiene oportunidades que la mayoría de la sociedad si tiene, lo que limita su participación dentro de la misma. Un individuo que está marginado está excluido, pero uno excluido no tiene por qué estar marginado. Debido a esto pienso que lo que hace falta no es tanto la inclusión, sino sobre todo la integración; la primera no sirve de nada sin la segunda. Ocurre lo mismo que con multiculturalidad e interculturalidad; no se trata de que en un mismo lugar haya distintas culturas, sino que se relacionen entre sí y convivan. Lo que debemos fomentar es la igualdad de oportunidades de todos y cada uno de los miembros de la sociedad, conservando las diferencias y no tratando de homogeneizar, pues muchas veces lo que se describe como “inadaptado” no es peor, tan solo diferente.
Dada la perspectiva holística que creo que hay que tener presente en la desadaptación, considero que para intervenir adecuadamente tenemos que saber mirar desde todos los referentes y sobre todo, tomar en consideración todos los enfoques, pues no creo que haya algunos mejores o más importantes que otros, sino que todos son necesarios y complementarios entre sí.